La salida del país del monitoreo del GAFI alivia tensiones financieras, pero el capital reputacional solo durará si se transforma en institucionalidad duradera y crecimiento sostenible.
Por Ariel Rosas Jr., Analista en Estrategia e Innovación
El país celebra un logro financiero e institucional clave, pero si no convierte esa confianza en reformas profundas, la oportunidad se evaporará.
Tras años de presiones internacionales, reformas normativas y evaluación técnica, el 9 de julio de 2025 Panamá fue excluida oficialmente de la lista de jurisdicciones de alto riesgo para el lavado de dinero del GAFI, y de la lista de países no cooperadores de la Unión Europea.
Este anuncio marca un punto de inflexión para el país. Representa el fin de un proceso iniciado en 2019 que afectó la reputación financiera panameña, restringió relaciones con bancos internacionales y elevó el riesgo país.
Ahora, con el aval de los principales organismos multilaterales, Panamá enfrenta un nuevo desafío: no reincidir y transformar el cumplimiento en cultura institucional.
Un alivio inmediato para las finanzas y la inversión
La exclusión de la lista gris tiene efectos inmediatos y positivos:
- Mejora la confianza de los mercados internacionales, lo que reduce el costo de financiamiento externo.
- Restaura relaciones con bancos corresponsales, vitales para las operaciones internacionales.
- Elimina barreras reputacionales que afectaban a empresas exportadoras, multinacionales y grupos familiares panameños.
Según datos del Banco Mundial, pertenecer a la lista gris puede reducir el ingreso de inversión extranjera directa (IED) en hasta un 10 % del PIB anual potencial. La salida representa la recuperación de un espacio crítico de credibilidad ante inversionistas, calificadoras y multilaterales.
Transparencia, reputación y estabilidad jurídica: los tres pilares para no volver atrás
Más allá del alivio técnico, el verdadero reto está en consolidar un modelo de confianza estructural basado en:
- Transparencia institucional real: operacionalizar el Registro Único de Beneficiarios Finales (RUBF) como herramienta efectiva para supervisión y control
- Reducción de la corrupción: Panamá se mantiene en la posición 101 de 180 países en el Índice de Percepción de Corrupción (Transparencia Internacional, 2023), lo que refleja debilidades persistentes en gobernanza.Estabilidad jurídica duradera: sin claridad legal, agilidad administrativa ni seguridad contractual, el interés de los inversionistas puede esfumarse tan rápido como llegó.
Como advierte el reporte AML Global Risk Brief (White & Case, 2024):
“La transparencia no solo previene sanciones, también impulsa flujos de capital sostenibles y alianzas estratégicas de largo plazo”.
El cumplimiento no es garantía: países han retrocedido
La historia reciente de países como Bahamas, Ghana y Barbados demuestra que es posible regresar a la lista gris si los mecanismos de cumplimiento se relajan o politizan.
En el caso panameño, los riesgos señalados por el GAFI y el FMI incluyen:
- Supervisión deficiente del sector no financiero.
- Baja efectividad en la detección de operaciones sospechosas.
- Ausencia de una agencia técnica autónoma con poder operativo.
Como advirtió el propio GAFI en su último comunicado:
“La sostenibilidad del cumplimiento requiere compromiso político sostenido, capacidades técnicas y auditoría constante”.
El valor reputacional debe convertirse en una palanca de desarrollo
La salida de la lista gris abre una ventana estratégica para atraer nuevos capitales, empresas de tecnología financiera, fondos de inversión y bancos internacionales que habían restringido operaciones.
Pero ese interés es temporal si no se gestiona con inteligencia.
Las oportunidades inmediatas:
- Acceder a financiamiento multilateral en mejores condiciones.
- Posicionar a Panamá como hub digital, logístico y financiero con estándares internacionales.
- Promover alianzas público-privadas en tecnología, infraestructura y salud.
Qué sigue en los próximos 12-24 meses
Para consolidar lo ganado y construir una nueva narrativa-país, Panamá deberá:
- Establecer una agencia independiente de supervisión y cumplimiento, con respaldo político y técnico.
- Aprobar una ley nacional de ética empresarial y responsabilidad corporativa.
- Lanzar una estrategia de comunicación global para reposicionar a Panamá ante inversionistas e instituciones.
El momento exige visión, no triunfalismo
Panamá está fuera de la lista gris. Esa victoria cambia las condiciones del juego, pero no garantiza el resultado.
Lo que el país haga ahora definirá si se mantiene fuera de las listas o si, en unos años, vuelve al mismo lugar.
El alivio es legítimo, la oportunidad es real.
Pero la transformación aún está pendiente.
Fuentes consultadas:
- GAFI – Public Statement (julio 2025)
- Unión Europea – Comunicación oficial (julio 2025
- World Bank AML Indicators
- IMF Article IV Report (2024)
- Transparencia Internacional – Índice CPI 2023
- White & Case Global AML Risk Brief
- La Prensa Panamá
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